La salida de EEUU del histórico “Acuerdo Climático de París”.
Armado de nacionalismo económico y ataques al consenso de casi 200 países, el presidente Donald Trump anunció este jueves la salida de EEUU del histórico “Acuerdo Climático de París” de 2015, y el eventual inicio de renegociaciones para lograr uno “mejor y más justo”.
“El Acuerdo de París minaría nuestra economía, paralizaría a nuestros trabajadores, debilitaría nuestra soberanía, impondría riesgos legales inaceptables, y nos pondría en una desventaja permanente frente a otros países… es hora de perseguir un nuevo acuerdo que proteja el ambiente, nuestras compañías, nuestros ciudadanos, y nuestro país”, dijo.
“Nos vamos a salir pero comenzaremos a negociar, y veremos si podemos hacer un acuerdo que sea justo”, subrayó Trump desde la Rosaleda de la Casa Blanca ante miembros del Gabinete y grupos conservadores opuestos al pacto global.
Pese al rechazo unánime de la comunidad internacional, Trump pintó un panorama desolador si EEUU permanece en el acuerdo: pérdida de 2,7 millones de empleos para 2025; bajas drásticas de productividad en diversos rubros de la economía, y cierre de fábricas y minas, mientras EEUU se convierte en el “hazmerreir” del mundo.
A su juicio, el pacto busca “redistribuir la riqueza” de EEUU y desplazar sus empleos mineros hacia el exterior, dando ventajas a otros países que generan un gran volumen de contaminación, como China e India.
Con el anunciado “au revoir” (adiós, en francés), Trump no sólo sigue desmantelando el legado ambiental de su antecesor, Barack Obama, sino que también cumple una promesa electoral de 2016. Sin embargo, al igual que con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA, en inglés), Trump urgió una renegociación del pacto.
La salida del acuerdo global, al que tampoco pertenecen Siria y Nicaragua, implica un proceso que podría tomar al menos hasta 2019 o 2020 –en vísperas de elecciones en EEUU-, sin garantías de que su Administración podrá robustecer la moribunda industria del carbón.
Una hoja de datos distribuida por la Casa Blanca se hizo eco de las advertencias de Trump de que el Acuerdo acarrea una enorme carga económica y financiera para EEUU con pocos o ningún beneficio.
Costos y consecuencias
La mayoría de los expertos dentro y fuera de EEUU considera que el calentamiento global del planeta se debe en gran parte a la contaminación con gases tóxicos emitidos por fábricas y automóviles, y que la solución pasa por una reducción drástica de esas emisiones.
Por ello, 195 países suscribieron el “Acuerdo de París” en 2015 con la meta de impedir que las temperaturas globales suban por más de dos grados centígrados por encima de los niveles pre industriales. El temor ahora es que otros países sigan la pauta de EEUU, lo que arrastraría consecuencias para la salud del planeta.
Estados Unidos es el segundo país más contaminador del mundo, después de China, y, sin las debidas protecciones ambientales, las industrias tendrían licencia para producir más contaminación del agua y el aire, lo que ha sido vinculado con una mayor incidencia de asma, enfermedades cardiovasculares, y cáncer, según activistas.
Reacción de Obama
Obama emitió un comunicado en el que advirtió que, con la ausencia del liderazgo de EEUU, los únicos ganadores de la decisión de Trump son los países miembros del pacto que se lucrarán con los empleos generados por la “energía limpia”.
Con inusitado activismo para un expresidente, Obama urgió a las ciudades, estados y empresas a que hagan lo propio para “ayudar a proteger para futuras generaciones, el único planeta que tenemos”.
De hecho, con o sin el apoyo de Washington, 37 gobiernos estatales, incluyendo el de California, y la capital estadounidense adoptan sus propias medidas para restringir la emisión de contaminantes y promover fuentes de energía renovable.
Trump contra el mundo
Trump aseguró ayer que consultó a numerosos individuos y grupos a favor y en contra del acuerdo –la semana pasada, el Papa Francisco le regaló la encíclica pro-ambientalista “Laudato si” -, pero, al final, ganaron esta batalla quienes niegan que haya cambio climático, o que éste sea fruto de la actividad humana.
El administrador de la Agencia para la Protección Ambiental (EPA, en inglés), Scott Pruitt, cuya agencia sufrirá enormes recortes para el año fiscal 2018, elogió la decisión de Trump como un “acto de valentía”, y afirmó que EEUU “no le debe disculpas a nadie”.
Pero el bando a favor del Acuerdo de París es mayor y más diverso, e incluye a la hija de Trump, Ivanka, grupos ecologistas, organizaciones pro-inmigrantes, el exvice presidente demócrata, Al Gore, líderes demócratas del Congreso; alcaldes y gobernadores; líderes europeos, y representantes religiosos.
Además, grandes corporaciones como Apple, Microsoft, Exxon Mobil, Chevron, y Tesla, también apoyan la permanencia de EEUU en el pacto.
El anuncio de Trump se topó de inmediato con el rechazo de una vasta coalición de sindicatos y grupos progresistas y ecologistas como el Sierra Club, “GreenLatinos”, y “Voces Verdes”.
En declaraciones a este diario, Mark Magaña, de “GreenLatinos”, dijo que “la comunidad latina estará entre las que sufran por esta decisión, porque muchos latinos viven en las cercanías de fábricas, plantas eléctricas e industrias que contaminan el ambiente”.
Según Magaña, no todo está perdido porque los latinos, como consumidores, “pueden tener un impacto al apoyar sólo a empresas que protejan al planeta, no a las que buscan su destrucción”.
Por su parte, Adrianna Quintero, fundadora de “Voces”, afirmó que la decisión de Trump hará todo lo contrario a lo que promete, porque acarreará “más contaminación, más gastos médicos, pérdida de clases, y una dependencia poco realista en industrias moribundas”.
“Esta es una dádiva cobarde a un puñado de sus partidarios políticos más extremos, e ignora la realidad de que la energía limpia es el futuro” de EEUU, enfatizó.
El obispo de Las Cruces (Nuevo México), y miembro de la Conferencia de Obispos Católicos de EEUU (USCCB), Oscar Cantú, había instado a Trump a que mantuviera a EEUU dentro del acuerdo, porque “protege a nuestro pueblo y nuestro planeta.
Líderes del movimiento ecologista realizaron una protesta frente a la Casa Blanca para denunciar la política ambiental de Trump, tal como lo hicieron en sendas movilizaciones en todo el país el pasado 29 de abril.