Entre las atrocidades cometidas por los Globos de Oro, pocas tan sonadas como aquella en la que nominaron a Angelina Jolie por uno de los peores papeles de la historia del cine. Y del turismo.
La idea era que la actriz estuviera en la gala y que Ricky Gervais, el mejor presentador que jamás ha existido, se cebara con ella y con su compañero de reparto Johnny Depp. Sin piedad. 'The tourist' era el título de aquello que, en un alarde de desvergüenza, llegó a ser candidata a mejor comedia. Si hay dramas que, en su ineptitud, acaban en comedia involuntaria, lo contrario también existe. Y, en efecto, lo que ocurrió en 2011 se acercó bastante a tragedia.
'Bohemian Rhapsody' no es 'The tourist', pero casi. O lo es en lo que respecta a sus daños colaterales. Siendo buenos, o no demasiado malos, la película sin autor definido (no queda claro si es de Bryan Singer o de su sucesor Dexter Fletcher) es básicamente un 'biopic' vulgar. Nada propone, nada arriesga, nada discute. Se limita a contar la vida del adorado Freddie Mercury con una corrección melodramática que ni hace justicia con el tamaño del personaje ni se atreve a cuestionar nada. Siempre evidente, siempre efectiva (bien por Rami Malek). Por eso, es un 'blockbuster'. Se entiende mal que la biografía de uno de los personajes más fascinantes, por provocadores, ambiguos, torturados, repelentes, magnéticos, divertidos y trágicos (todo a la vez) que ha dado un escenario en todas sus versiones, operísticas, 'poperas' o metaleras, en cuero o en camiseta de tirantes; se comprende con dificultad, decíamos, que alguien así, tan soez y elegante a la vez, acabe convertido en una simple excusa, en un catálogo sin alma de momentos más o menos épicos, más o menos hípicos. Y todos ellos tan pastosos como asépticos.
Pues bien, eso es lo que han premiado un grupo de periodistas especializados en cine. No el público, ni los fans de 'Queen'. No, los que han cometido semejante tropelía es uno de los clubes, para bien o para mal, más selectos de informadores en la materia.
Y ahora, las víctimas de semejante decisión. El sentido de los premios no es dar la razón a la taquilla sino discutirla. Mirar más allá de los números para entrever, o intentarlo al menos, el sentido de un arte que, como todos, está ahí para o cambiar las cosas o cuanto menos ampliar el tamaño de la mirada. Si los que saben (o deberían) no han sido capaces de encontrar nada mejor en todo el año, una de dos: o la temporada ha sido un desastre mayúsculo (que algo de eso hay en lo que se refiere al cine de autor estadounidense) o Netflix va a acabar por tener razón. Y eso, aunque parezca el preámbulo de un esperanzador tiempo nuevo, genera demasiadas incógnitas. ¿Es posible el cine sin cines?
De repente, el lamento de Scorsese sobre la incapacidad de los grandes estudios a fecha de hoy para hacerse cargo de las propuestas interesantes condena a la industria. Y lo hace con la misma violencia y claridad con la que sentencia a unos premios con unas candidaturas en el mayor de los apartados (el drama) tan pobres como bochornosas incluso. 'La favorita', de Yorgos Lanthimos y que figuraba entre las comedias, es infinitamente superior a la ganadora en ese apartado, 'Green book', a 'Bohemian...' y a cualquiera de sus alternativas. 'Ha nacido una estrella', la que todo el mundo tenía en mente, tampoco es opción de nada.
Y, también de repente, la auténtica película del año no es otra que, en efecto, 'Roma', distribuida en Netflix. Lo que han hecho los 'globos' con su disparate es encumbrar a la cinta de Alfonso Cuarón aún más si cabe. Y, ya sí, después de esta extravagante noche de 'posreyes', todo parece indicar que ella es la destinada a ser la primera película de habla no inglesa en conseguir el Oscar a mejor película. La distancia sideral que media entre la obra maestra del mexicano y el 'biopic' del de Zanzíbar no hace más que ahondar en la herida. Y en la ceguera. Se crea o no, 'Bohemian...' compartirá galardón con películas como 'Boyhood', 'La red social' o 'Moonlight', por citar algunas de las obras mayores premiadas en esta década. Bochorno.
Fue Gervais el que en la ceremonia de 2011 dijo aquello de que era mentira que los miembros de la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood (organizadora de los premios) habían nominado 'The Tourist' únicamente para que Angelina Jolie y Johnny Depp acudieran a la gala. "Tonterías", dijo. Y concluyó: "También aceptaron sobornos". Pues, como entonces, ahora.