El presidente electo transferirá su participación de empresas implicadas en el proyecto a manos de sus hijos. El Ejército dio plazo hasta el 5 de diciembre a los manifestantes que se oponen a la obra para que se retiren del lugar.
Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, tiene acciones en la empresa que construye el polémico oleoducto Dakota Access, y los opositores al proyecto advierten que las inversiones del republicano podrían afectar cualquier decisión que tome desde la Casa Blanca con respecto a la obra de 3,800 millones de dólares.
La preocupación sobre posibles conflictos de interés en torno a Trump se da en momentos en los que hay protestas a diario a lo largo de la ruta propuesta para el ducto. Las disputas se han intensificado en las últimas semanas y, desde agosto, el número de personas arrestadas subió a 528. Un enfrentamiento reciente cerca del principal campamento de protesta en North Dakota dejó varias personas heridas, entre ellas un policía.
Ingenieros del Ejército estadounidense afirmaron que no tiene "planes para el retiro forzoso" de manifestantes que han estado acampando en Dakota del Norte para protestar contra el oleoducto. El Cuerpo dice en una declaración el domingo que "está buscando una transición pacífica y ordenada a un lugar más seguro".
La institución notificó a líderes tribales el viernes que todas las tierras federales al norte del río Cannonball estarán cerradas al acceso público el 5 de diciembre por "preocupaciones de seguridad", advirtiendo que quienes decidan quedarse lo harán bajo su propio riesgo.
Pasarán el negocio a manos de los hijos
Mientras prosiguen las protestas, surgen nuevas dudas sobre la participación accionario del presidente electo en las empresas involucradas en la construcción del oleoducto.
Trump poseía una participación de entre 15,000 y 50,000 dólares en la empresa Energy Transfer Partners,afincada en Texas, según documentos federales de 2016 citados por la AP. Un año antes tenía entre 500,000 y un millón de dólares.
Esta empresa ha pedido a una corte federal que confirme todas las autorizaciones para terminar el oleoducto objeto de la polémica.
El presidente electo tiene también entre 100,000 y 250,000 dólares en Phillips 66, que a su vez tiene un 25% de participación en Dakota Access, afirma la AP.
Aunque la participación de Trump en la empresa de oleoductos es modesta con respecto a sus otros bienes, expertos en ética advierten que está entre las docenas de posibles conflictos de interés que podría evitar colocando sus inversiones en un fondo ciego, una medida a la que el republicano se resiste.
"Las inversiones de Trump en el negocio de los oleoductos amenazan con socavar la fe en este proceso — de por sí desgastada — al interponer su propio bienestar financiero en una decisión mucho más grande", dijo Sharon Buccino, directora del programa de tierra y vida silvestre del grupo ambientalista Natural Resources Defense Council.
"Esto debería tratar sobre los intereses de muchos, en lugar de dar la apariencia de mirar por los intereses de unos pocos, incluido Trump", agregó.
El representante de Arizona Raúl Grijalva, el demócrata de mayor rango en la Comisión de Recursos Naturales de la Cámara de Representantes, dijo que la inversión de Trump en la empresa del oleoducto es "perturbadora" y señaló que muestra un patrón evidente en el equipo de transición del empresario.
"Se tiene a personas que rechazan el (cambio) climático, cabilderos de la industria y conglomerados energéticos involucrados en ese proceso", dijo Grijalva. "Las compañías del oleoducto están extasiadas. Es la más pura definición de corrupción".
Una portavoz de Trump, Hope Hicks, entregó a la AP un comunicado que intenta despejar dudas sobre el conflicto de intereses. "Estamos en proceso de investigación de varias estructuras con el objetivo de transferir de manera inmediata la administración de The Trump Organization y sus cuentas de negocios a Donald Jr., Ivanka y Eric Trump, así como a un equipo de ejecutivos altamente capaces. Esto es de máxima prioridad en la organización, y la estructura que será seleccionada se apegará a las reglas y normas aplicables".
Otros nombres vinculados al Dakota Access
Además de Trump, al menos dos posibles candidatos al puesto de secretario de Energía también podrían beneficiarse con el oleoducto. El multimillonario del petróleo Harold Hamm podría utilizar la infraestructura para productos de su empresa, Continental Resources, y el exgobernador de Texas Rick Perry forma parte de la junta directiva de Energy Transfer Partners.
El gobernador republicano de North Dakota, Jack Dalrymple, junto con el senador John Hoeven y el representante Kevin Cramer, ambos republicanos, exhortaron al presidente Obama a que autorice al Cuerpo de Ingenieros del Ejército a que apruebe el paso del oleoducto, el último segmento de gran tamaño que falta para completar el ducto.
Kelcy Warren, director general de Energy Transfer, con sede en Dallas, dijo a la AP que prevé que Trump le facilite a su compañía, y a otras involucradas, la terminación de proyectos de infraestructura.
Campamento desconfía del no uso de la fuerza
El gobierno de Obama dijo este mes que quiere más estudios e información de los nativos de la zona antes de decidir si permite que el oleoducto, que ya está parcialmente construido, cruce bajo un embalse del río Missouri en North Dakota.
El oleoducto de más de 1,200 millas (1,900 kilómetros) trasladaría petróleo por cuatro estados hasta Illinois. El proyecto está parado mientras el Cuerpo de Ingenieros del Ejército consulta con la reserva sioux de Standing Rock, que cree que el proyecto podría dañar el agua potable de la tribu y los sitios culturales de los nativos estadounidenses.
La demora, que coincide con protestas casi diarias a lo largo del trayecto que seguiría la infraestructura, eleva la posibilidad de que sea Trump quien tome la decisión. El republicano mostró su apoyo en público al proyecto y prometió "dar rienda suelta" a la producción de petróleo y gas.
Aunque el Ejército estadounidense prometió que, de momento, no empleará la fuerza para desalojar a los manifestantes que protestan por el oleoducto, el Campamento Oceti Sakowin, que congrega a nativos y activistas opuestos a la obra, cuestionada por el impacto que podría provocar a las fuentes naturales de agua y porque su trazado cruza un territorio sagrado de los sioux, emitió un comunicado en el que expresa sus serias dudas con relación al compromiso verbal de los militares."Como habitantes del Campamento Oceti Sakowin, no confiamos en las palabras del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, que ha ignorado descaradamente la exigencia de la tribu Standing Rock, al incurrir en violaciones de derechos humanos y civiles, ignorado los tratados y las leyes de estas tierras", dice elcomunicado del campamento.