Abogados alegan que mientras más latinos se suman al programa, el estado de California invierte menos en el mismo y su calidad se reduce.
Si usted está cubierto por Medi-Cal (equivalente en California al programa Medicaid), es posible que sepa lo difícil que es encontrar un médico que acepte atenderlo, lo mucho que se tardan las citas y cuántas veces ha debido ir a una sala de emergencia porque no pudo ver al especialista que necesitaba, ya que no le daban hora hasta meses después.
Según una demanda presentada este miercoles en la Corte Superior estatal por abogados de derechos civiles, incluyendo el Fondo Mexicoamericano para la Defensa Legal y Educación (MALDEF), el problema es que cada vez son menos los médicos que aceptan ver a pacientes de Medi-Cal, porque el estado de California les paga muy poco por cada cita.
De hecho, la tasa de reembolso por paciente, según alega la demanda, está entre las más bajas del país y es muy inferior a las tasas que pagan los seguros privados y el programa Medicare para personas mayores.
Por ejemplo, Medi-Cal paga 34,30 dólares por un nuevo paciente de trato ambulatorio, mientras que Medicare paga entre 78 y 90 dólares por un servicio similar. La mayoría de los médicos no toman a estos pacientes porque el programa no cubre el costo de atenderlos.
La demanda legal presentada hoy acusa al estado de California y a su Departamento de Salud y Servicios Sociales de ofrecer un sistema de salud de segunda clase para los millones de beneficiarios de Medi-Cal en el estado.
Más aún, los abogados alegan que la tasa de reembolso ha ido empeorando -disminuyendo- en la medida en que Medi-Cal se ha vuelto más latino, lo que según ellos, es equivalente a un trato discriminatorio.
“Desde el año 2000, los acusados han reducido los reembolsos de Medi-Cal con respecto a Medicare, al mismo tiempo que el programa ha cubierto a más latinos. Mientras más latinos tiene el programa, menos invierten en Medi-Cal, y esto afecta a los pacientes”, señala el texto de la demanda.
Este cuadro de los cambios en las tarifas que paga Medi-Cal durante los últimos años muestra que California ha ido pagando menos mientras más latinos usan el programa.
En 2000, Medi-Cal cubría a 2.3 millones de latinos, en 2016, esta cifra alcanzó los 7.2 millones,una mayoría de los beneficiarios del programa Medi-Cal, que actualmente supera los 13 millones de personas, uno de cada tres californianos. El programa cubre a familias de bajos recursos, personas con discapacidades, niños en hogares de crianza y mujeres embarazadas, así como adultos con ingresos menores a 16,395 dólares anuales para un individuo o 33,534 dólares anuales para una familia de cuatro personas.
“Los participantes de Medi-Cal tienen mucho peor acceso a la salud que las personas cubiertas por Medicare y por seguros privados provistos por empleos”, señala el documento. “Los demandantes, como otros beneficiarios de Medi-Cal, no reciben la atención que necesitan, sufren retrasos, viajan largas distancias y reciben cuidado de menor calidad”.
Thomas Saenz, presidente de MALDEF dijo que Medi-Cal es un programa de vital importancia para todo el estado, no solo para los directamente afectados.
“Es vital para mucha de nuestra fuerza laboral adulta y también para muchos de nuestros niños. Nuestra prosperidad como estado depende de que este se maneje en forma justa y no discriminatoria y que funcione realmente para atender las necesidades de salud de los latinos y del resto de los que lo reciben”, dijo Saenz.
Katharine Weir, portavoz del Departamento de Salud y Servicios Sociales de California dijo que su oficina acababa de recibir una copia de la demanda y que comentarían tan pronto tuvieran oportunidad.
Trato inferior frente a la enfermedad
De acuerdo a los alegatos de la demanda, las bajas tasas de pago y la burocracia, Medi-Cal resulta en una atención médica de menor calidad que afecta a muchas personas.
La demanda es presentada en nombre de cinco residentes de California, pacientes de Medi-Cal, que presuntamente sufrieron las consecuencias de estos problemas, incluyendo Analilia Jimenez Perez y su hijo Saúl, quien sufre de parálisis cerebral y es semi parapléjico y quien durante un año y medio esperó una necesaria cita con un neurólogo, mientras sufría de repetidos ataques cerebrales.
“Es triste, cuando trato de obtener una cita para él en una clínica especializada, me escuchan hasta que se enteran que Saul tiene Medi-Cal”, dijo Jiménez . “Después que saben que se trata de Medi-Cal, me dicen que va a una lista de espera o simplemente que no pueden atenderme”.
La demanda detalla los casos de estas personas y todo el tiempo y esfuerzo obtenido en obtener cobertura, a menudo inútilmente, y el empeoramiento de sus condiciones de salud mientras eso ocurría.
En varios de estos casos, los pacientes terminan recibiendo atención médica en México o pagando de su bolsillo, con gran sacrificio, para obtener algunos servicios.
Es el caso de Esther Castañeda, una mujer de 56 años residente en Sacramento que participa de Medical desde 2014 y está cubierta por un plan de “managed care Medical” de Anthem Blue Cross.
Castañeda tardó un año desde que comenzó a sufrir serios dolores abdominales por problemas de vesícula hasta el momento en que un médico en México le informó que sufría de una severa condición crónica debido al retraso en tener una operación de la vesícula.
La demanda detalla cómo le fue imposible a la mujer obtener la aprobación para la operación necesaria, cuántos retrasos sufrió para ver a un médico y como en varias ocasiones, un cirujano le canceló su cita por “temas del seguro”.
El siguiente cuadro muestra las disparidades de acceso de acuerdo al tipo de seguro que se tiene.
La accción legal fue presentada por MALDEF, el Centro de Derechos Civiles y Educación CREEC y la firma de abogados Feinberg, Jackson, Worthman y Wasow, a nombre de los individuos mencionados y otros, así como trabajadores de servicios no cubiertos por acuerdos sindicales bajo SEIU Healthcare Workers y la Red Nacional de Jornaleros.
Ana de Alba, abogada de la firma Lang, Richert and Patch, dijo que la demanda busca una orden que prohiba que el estado de California siga administrando “un sistema de salud de primer nivel para algunos y un sistema de segunda clase para los beneficiarios de Medicare”.
“Pedimos que den más recursos, que aumenten los reembolsos, que se aseguren que los beneficiarios no tengan que esperar meses o viajar largas distancias para ser tratados y que haya igualdad para que los asegurados con Medical no sigan sufriendo daños irreparables a su salud”, dijo De Alba.