Cuando se alcanza una determinada etapa vital las hormonas sexuales disminuyen tanto en mujeres como en hombres. En la mujer, la menopausia es una etapa asumida. Pero…¿Y la andropausia en los hombres? Aunque también puedan tener sofocos, el climaterio masculino no es igual al femenino
El término andropausia (‘andro’ varón y ‘pausia’ cesar) puede dar lugar a equívoco. El doctor José María Alonso Dorrego, especialista en urología del Hospital La Paz de Madrid, explica que se trata de un término un tanto incorrecto debido a que mientras que la menopausia implica cese de la menstruación en las mujeres, la andropausia no conlleva ningún cese sino que es un proceso gradual.
Factores que marcan la diferencia
La menopausia implica una ausencia de fertilidad; por el contrario, la andropausia no está necesariamente relacionada con el fin de la etapa fértil de los hombres. “Teóricamente los hombres pueden tener fertilidad hasta edades muy avanzadas dependiendo del recuento de espermatozoides que tenga”, remarca el doctor José María Alonso Dorrego.
Además, la menopausia es un hecho puntual biológico que se produce de forma súbita mientras que la andropausia se produce de forma progresiva.
Otra de las características que diferencian ambos procesos es la incidencia. Mientras que la menopausia afecta a todas las mujeres, en la andropausia los porcentajes son variables. Alrededor de un 30% de los varones tiene síntomas de andropausia y prácticamente todos los varones presentan síntomas clínicos al alcanzar los 70 años, explica el urólogo Eldiberto Fernández.
La andropausia se atribuye principalmente a un déficit de testosterona que se produce a partir de los 40 años. El doctor Alonso Dorrego señala que, dependiendo de los casos, para que el déficit sea de una cierta importancia, se ha de producir a partir de los 50 o 60 años. “Tampoco está muy claro que todos esos cambios se deban únicamente al descenso de la testosterona”, apunta. Por ello, recomienda mantener hábitos de vida saludables.
Sintomatología
El cansancio progresivo y los sofocos son algunos de los síntomas que la andropausia y la menopausia tienen en común. Al igual que sucede con la menopausia, el especialista Alonso Dorrego señala que hay que tener en cuenta que los síntomas de la andropausia varían: “ni aparecen todos, ni en todos los pacientes, ni presentan la misma intensidad”:
• Disminución del deseo sexual, disfunción eréctil y alteraciones en la eyaculación.
• Pérdida de energía, concentración, memoria y deterioro de la agudeza visual.
• Aumento de la grasa corporal.
• Sequedad en piel y cabello.
• Insomnio.
• Debilidad muscular.
• Alteraciones en la concentración ósea mineral.
• Trastornos de conducta como ansiedad e irritabilidad
• Sudoración.
En cuanto a las enfermedades relacionadas con la andropausia destacan el síndrome metabólico, alteraciones cardiovasculares, diabetes mellitus e hipertensión. Algunas de ellas también se dan en la menopausia como la osteoporosis.
Tratamiento
El doctor Natalio Cruz, coordinador nacional de andrología de la Asociación Española de Urología, señala que para iniciar el tratamiento es “importante que aparezcan síntomas y que el paciente sienta esos síntomas como un problema”.
Hay hombres de edad avanzada que no requieren tratamiento porque aceptan que éstos son síntomas del envejecimiento y se sienten cómodos con ese estado. Pero hay quienes no lo están.
Los tratamientos buscan restablecer los niveles hormonales normales por medio de una terapia hormonal sustitutiva con testosterona. Existen distintos tipos de tratamientos: orales, intramusculares, parches para la piel e incluso desodorantes con testosterona. El doctor Cruz insiste en que “los tratamientos son seguros y eficaces, no hay que tener miedo a poner una hormona en límites normales”.
Objetivo: estar informados
La cultura social de la menopausia es mucho mayor que la de la andropausia. Los hombres son más reticentes que las mujeres a admitir que tienen determinados problemas ligados al envejecimiento, apunta el especialista Edilberto Fernández.
El facultativo recomienda a los hombres que acudan al urólogo y realicen revisiones preventivas a partir de los 50 años tanto si hay síntomas como si no. Y si aparecen síntomas o se tienen antecedentes familiares de cáncer de próstata se deben de realizar a partir de los 45 años.