El nombre de Rita Levi Montalcini probablemente sea desconocido para muchos, pero la italiana fue una de las mentes más brillantes del siglo XX. Nacida en Turín en 1909, la joven se enfrentó a muchos de los problemas que sufrían las mujeres de su época. Levi Montalcini se empeñó en estudiar Medicina, a pesar de las reticencias de su padre, que prefería que se convirtiera en una buena esposa y ama de casa. Ella desoyó sus consejos y, para costearse la universidad, trabajó en una panadería. Así pudo matricularse en la carrera que quería y especializarse en el estudio del sistema nervioso. Pero la oposición paterna fue solo uno de los muchos obstáculos a los que se enfrentó durante toda su vida.
Levi Montalcini completó sus estudios con la máxima calificación y fue ayudante en el laboratorio de Giuseppe Levi, uno de los investigadores italianos más prestigiosos de la época. Por desgracia, la vida de la joven daría un vuelco a partir de 1938, cuando el dictador Benito Mussolini aprobó las conocidas leyes raciales fascistas. Las medidas impedían a las personas de origen judío casarse, inscribir a los niños en las escuelas o acceder a una carrera académica y profesional, una prohibición que afectó directamente a Rita Levi Montalcini. Tras el estallido de la II Guerra Mundial, la joven decidió seguir estudiando cómo crecían las fibras nerviosas. Para ello montó un laboratorio en su propio cuarto, donde continuó investigando el sistema nervioso de los embriones de pollo, utilizando los pocos huevos que llegaba a atesorar en su hogar.
Sus precarios trabajos en aquella habitación desde 1943 hasta 1945 fueron un pilar clave en la trayectoria científica de Levi Montalcini. Terminada la II Guerra Mundial, la joven aceptó la invitación del profesor Viktor Hamburger y emigró a Estados Unidos, donde continuaría estudiando el tejido nervioso de los embriones de pollo durante más de tres décadas. Así fue como descubrió el factor del crecimiento nervioso, una proteína esencial para el crecimiento y la comunicación de las neuronas. Rita Levi Montalcini fue reconocida con el premio Nobel de Fisiología o Medicina de 1986, galardón que compartió con el científico Stanley Cohen. La odisea vital de la investigadora fue descrita por ella misma en Elogio de la imperfección, una autobiografía imprescindible para conocer su trayectoria.
Premios y honores
• 1968, fue la décima mujer elegida como miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
• 1983, recibió, junto a Stanley Cohen y a Viktor Hamburger, el premio Louisa Gross Horwitz en Biología y Bioquímica de la Universidad de Columbia.
• 1986, ella y Stanley Cohen recibieron el Premio Nobel de Fisiología o Medicina.
• 1987, Medalla Nacional de la Ciencia, máximo reconocimiento de la comunidad científica estadounidense.
• 2001, fue designada senadora vitalicia por el presidente de la república italiana Carlo Azeglio Ciampi.
• 2006, se le otorgó el doctorado honoris causa en ingeniería biomédica en el Politécnico de Turín, en su ciudad natal.
• 23 de octubre de 2008, recibió el grado de doctora honoris causa por la Universidad Complutense de Madrid.
• 23 de febrero de 2011, investida doctora “honoris causa” por la Universidad McGill.
Murió en su casa de Roma el 30 de diciembre del 2012, a los 103 años de edad.