Por Rafael Vasquez
Líderes del Futuro
Recientemente estamos viendo mucha más violencia en nuestras comunidades la cual es hasta cierto punto el resultado de jóvenes quienes están metiéndose en pandillerismo. El problema aquí es que muchas personas no tienen un entendimiento de quien es un pandillero y que causa a un joven el seguir ese comportamiento. Muchas jovencitas cometen delitos para beneficiar a una pandilla, pero para este artículo me enfocare solamente en los jóvenes ya que mis 20 años de experiencia es más que nada trabajando con ellos.
Primeramente, no hay una solución simple al problema de pandillerismo. No hay un libro que tendrá todas las respuestas y eso lo sé porque en 20 años algunos de los jóvenes con los que he trabajado han terminado en la prisión o muertos, pero de la misma manera muchos de ellos trabajan y algunos han obtenido títulos universitarios. Mi interés en esta población siempre ha sido el resultado de tratar de entender por qué un jovencito deja su casa a las dos de la mañana para ir a crear grafiti o robar carros o vender drogas o cometer otro delito. ¿Qué atrae a un joven a dejar lo que es seguro y arriesgar su vida? ¿Qué les ofrecen las pandillas a nuestros hijos que nosotros como padres no ofrecemos? ¿Qué podemos hacer para evitar que nuestros hijos terminen en la cárcel o muertos como resultado de sus acciones?
Las preguntas son muchas y cuales nos pueden mantener despiertos toda la noche pero las res-puestas son más fáciles de lo que uno piensa. En mi experiencia los niños que buscan la pandilla son niños que no sienten amor, atención, y respeto en su propia casa. Muchos de estos niños han sido víctimas de violencia doméstica o han sido testigos de violencia contra sus madres. Muchos de estos niños también expresan que sus padres nunca dialogan con ellos y nunca les interesa como están en la escuela o que les sucede entre la casa y la escuela diariamente. Porque muchos somos inmigrantes a este país tenemos una mentalidad que dicta que los varones no deben expresar sus sentimientos hacia otra persona porque eso los puede hacer homosexuales. Empujamos a nuestros hijos a ser fuertes y no llorar porque los hombrecitos no lloran. Esto lo he escuchado muchas veces en visitas a familias latinas. Padres me han dicho cuando hemos ido a corte con sus hijo porque golpeo a otro niño que ellos les dijeron a sus hijos que si alguien trataba de golpearlos que más les valía que le rompieran la cara al agresor porque si no papa golpearía a su propio hijo. Esta mentalidad es uno de los problemas más grandes que tenemos en una cultura que promueve la violencia como una forma de demonstrar que somos hombres.
La semana pasada visite una clase de 25 niños del noveno grado de prepa y ninguno de ellos quería hablar de sus metas después de la prepa. Todos están fallando la mayoría de sus clases y dicen que el único tiempo cuando sus padres se comunican con ellos es cuando les gritan porque las calificaciones no son buenas. La única forma de obtener atención de sus padres es de hacer las cosas mal porque si sacan buenas calificaciones nadie les hace caso. Un niño finalmente compartió que la última vez que su padre le dio un abrazo fue cuando tenía siete años y que de ahí en adelante la expresión de amor entre padre e hijo no era aceptable en su casa. Ese niño está ahora fallando todas sus clases y espera que cuando el reporte de calificaciones llegue a casa su papa lo regañara y por lo menos escuchara que su padre se acuerda de él.
Las pandillas les ofrecen a nuestros hijos la atención y el cariño que nosotros como padres no les ofrecemos. Miles de padres llegan a casa después del trabajo y prenden la televisión e ignoran a sus hijos que solo piden unos minutos diarios de su tiempo. Frecuentemente cuando doy presentaciones acerca de pandillerismo los pocos padres que se presentan admiten que tienen tres, cuatro, o cinco televisores en casa, pero no tienen un solo diccionario o libro para leer. También escucho frecuentemente que la mayoría de padres no se sientan a cenar con sus hijos como familias y no exigen que sus hijos lean diariamente para mejorar sus habilidades. Padres prefieren comprar televisiones, iPod, computadoras y videojuegos para sus hijos con tal que ellos dejen a papa en paz. Esto es especialmente difícil en casas donde los padres consumen alcohol diariamente porque el niño aprende que en esa casa la educación no es valorada pero el que pega más fuerte es el que manda.
El pandillero no tiene ningún problema con ofrecerles tiempo, drogas, alcohol y cualquier otra cosa que el niño quiera porque al final es una inversión que le traerá beneficios económicos. Madres solteras tratan de ser madre y padre pero hay ciertas conversaciones que los niños no tendrán con sus madres y eso es lo que el pandillero les ofrece. Una amistad que en un futuro tiene consecuencias de prisión o muerte. Por muchos años una profesora en Santa Rosa Junior College y yo teníamos un programa de prisión donde escribíamos a 286 personas en prisiones estatales y federales. Lo más importante que aprendí en todos esos años fue que todos ellos nos dijeron que tomaban responsabilidad por los crímenes que los habían llevado a la prisión, pero que lo que los llevo al crimen fue pandilleros y otros quienes les ofrecieron una amistad que en el final tenía expectativas de cometer crímenes para mantener esa amistad.
Recomendaciones
Aunque puedo escribir libros con las muchas historias de las gentes que murieron o terminaron en la prisión por el pandillerismo la rea-lidad de las cosas es que podemos prevenir mucha de la violencia que vemos estos días. Aquí están unas recomendaciones básicas pero que no siempre la gente reconoce:
• Dedique media hora a cada uno de sus hijos diariamente para platicar y para leer con él.
• Pregúntele que aprendió en la escuela y no acepte la respuesta de “Yo No Sé.” Si dedico todo el día a la escuela debe haber algo que han aprendido.
• Conozca a todos sus amigos de su hijo y los padres de esos amigos. Obtenga los números de teléfono y siempre verifique que si fue a la casa del amigo que sus padres de ese amigo lo aprobaron y estarán en casa.
• Lleve a sus hijos a visitar las universidades y colegios cuando salen de vacaciones. UCLA está más o menos una hora sur de Disneyland.
• El trabajo del padre no es el ser el mejor amigo del hijo pero el guía de que es y no es correcto. Cuando su hijo se vuelve un jovencito es importante involucrarlo en deportes o música o algo que le interese naturalmente pero también es importante continuar los diálogos de que es correcto y quien le está ofreciendo alcohol u otras drogas.
• Asista a entrenamientos de cómo evitar las drogas y el pandillerismo.
Recordemos que el pandillerismo es un síntoma de algo que está mal en nuestra sociedad pero el niño en la pandilla es alguien que puede mejorar si se le ofrece amor, cariño y respeto.
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