El presidente de EEUU, cada vez más solo.
Los directores generales de Intel, Merck y Under Armour han renunciado al Consejo de Fabricantes Estadounidenses creado por el presidente, Donald Trump, a raíz de la tibieza con la que ha respondido al ataque racista en Charlottesville (Virginia).
El primero en hacerlo ha sido el del gigante farmacéutico Merck, Kenneth Frazier, quien ha dicho —sin citar a Trump— que los líderes deben "rechazar claramente las expresiones de odio, fanatismo y supremacía que van en contra del ideal estadounidense de que todas las personas son creadas iguales".
Le siguió el director general de Intel, Brian Krzanich, que ha justificado su renuncia "para llamar la atención sobre el grave daño que el clima político está causando en asuntos críticos" y ha pedido a "los líderes" que "condenasen" la violencia supremacista de Charlottesville.
Finalmente, el director general de la marca de zapatillas Under Armour, ha dicho en su Twitter: "Nos mantenemos firmes en nuestro potencial y habilidad de mejor la industria estadounidense. Sin embargo, Under Armour se dedica a la innovación y al deporte, no a la política".
El presidente no tardó en contestar a través de Twitter a la renuncia de Frazier con críticas al directivo del gigante farmacéutico, pero después no dijo nada sobre Intel ni Under Armour.
"Ahora que Ken Frazier de Merck Pharma ha dimitido del Consejo de Fabricantes del Presidente, tendrá más tiempo para ¡BAJAR LOS PRECIOS ABUSIVOS DE LAS MEDICINAS!", escribió Trump.
Además de los directivos anteriores, el sindicato AFL-CIO (con 12,5 millones de afiliados) también ha dicho que estaba estudiando su futuro en el Consejo de Fabricantes de Trump.
En su tono habitual, Trump ha ido a más en su Twitter: "Por cada CEO que sale del Consejo de Fabricantes, tengo a muchos para ocupar su lugar. Los fanfarrones no deberían seguir", ha escrito.