La decisión supone una importante victoria para comunidades nativas locales que protestaron contra el proyecto desde hace meses.
Después de varios meses de protestas, las comunidades indígenas de Dakota del Norte celebraron este domingo el cumplimiento de sus reivindicaciones: el gobierno federal ha bloqueado la construcción de un oleoducto que iba a unir ese Estado con el de Illinois. El Cuerpo de Ingenieros ha rechazado el permiso para completar el proyecto que, según los nativos de la comunidad de Standing Rock, amenazaba con destruir sus reservas naturales.
“La mejor manera de completar este trabajo de manera responsable es explorar rutas alternativas para el oleoducto”, afirmó en un comunicado Jo-Ellen Darcy, secretaria del Ejército para infraestructuras civiles. Con esas palabras, la Administración de Barack Obama concedía una importante victoria a las comunidades locales, activistas medioambientales y centenares de estadounidenses que a lo largo de estos meses han acudido a la región para protestar contra el oleoducto por temores de que contribuya al deterioro y la contaminación de sus recursos.
La construcción, que unirá Dakota del Norte con las refinerías de Illinois con una tubería que atraviesa dos Estados más, está completada a falta del tramo paralizado ahora y que pasaba por debajo del Lago Oahe, en el Río Misuri. En esa zona, la comunidad de Standing Rock se ha levantado bloqueando la carretera que permitía el acceso de las excavadoras y la maquinaria para construir una el oleoducto por debajo de su principal fuente de agua. Los nativos acusaron también a la empresa constructora de destruir varios terrenos sagrados.
“Apoyamos la decisión de la Administración y elogiamos con nuestra mayor gratitud el valor que requirió del presidente Obama y el Cuerpo de Ingenieros, el Departamento de Justicia y el de Interior para dar los pasos necesarios para corregir el curso de la historia y hacer lo correcto”, dijo el presidente de la Tribu Sioux de Standing Rock, Dave Archambault II.
La Administración Obama les dio la razón el pasado mes de septiembre y en noviembre el mandatario demócrata añadió que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército estaba estudiando la posibilidad de crear una ruta alternativa para el proyecto. La construcción, valorada en 3.800 millones de dólares, está siendo llevada a cabo por la empresa de Texas Energy Transfer Partners, que se niega a cambiar la ruta diseñada.
Los manifestantes, reunidos en las inmediaciones del lugar donde el proyecto tenía previsto cruzar el Río Misuri junto a la reserva sioux de Standing Rock, lograron captar la atención y el apoyo de centenares de estadounidenses durante su protesta. En las últimas semanas, los organizadores informaron de que se les unirían un grupo de veteranos del Ejército para garantizar el bloqueo del acceso de las excavadoras.
Las autoridades de Dakota del Norte han mantenido varios enfrentamientos con los manifestantes. En septiembre, más de 140 personas resultaron detenidas tras una protesta contra el oleoducto, que prevé transportar más de 470.000 barriles de petróleo al día desde los campos de extracción de Dakota del Norte hasta Illinois.
El proyecto, cuya planificación coincide con el boom energético de los últimos años en EE UU, especialmente a través de la técnica del fracking, ha sido respaldado por el presidente electo, Donald Trump. Los activistas de Standing Rock pueden sumar la victoria de este domingo a la que ya obtuvieron con la paralización del Oleoducto de Keystone, pero la llegada del magnate republicano puede cambiar el rumbo de ambos una vez más.