Muchos hispanos en Estados Unidos han protestado contra Donald Trump, incluso a veces enfrentándose a la policía o golpeando piñatas con la imagen del candidato, denunciando su retórica contra los inmigrantes. Sin embargo, existe también una minoría que apoya al magnate inmobiliario. Lo apoyan incluso a pesar del resentimiento y hostilidad que reciben de familiares y amigos, que son parte de la gran mayoría de votantes no blancos opuestos a la candidatura de Trump.
"No estoy avergonzada de votar por Trump. Simplemente prefiero no tocar el tema con mi familia", dijo Natalie Lally, una estudiante de 22 años en Nueva York cuya familia proviene de Colombia.
Relató que reinó un tenso silencio en la sala de su abuela cuando ella admitió ser partidaria de Trump, durante un encuentro familiar donde había más de 30 personas. "Todos parecían como inquietos y mi tío simplemente me preguntó '¿Por qué?''', recordó la joven.
En los poblados fronterizos de Texas, en los barrios obreros de Nueva York e incluso en los mítines de campaña de Trump donde la mayoría de los asistentes son de raza blanca, una minoría hispana está dispuesta a soportar el escarnio público y privado por defender al virtual candidato republicano. Hasta ahora, sin embargo, no han recibido gran ayuda de la campaña de Trump, que no ha hecho ningún esfuerzo por llegar a ese grupo de votantes.
Aproximadamente 23% de los hispanos dijeron que votarían por Trump según una encuesta de este mes realizada por Fox News. Otros sondeos más recientes ubican la cifra mucho más abajo. El último candidato presidencial republicano, Mitt Romney, ha declarado que su falta de apoyo entre los hispanos es uno de los mayores arrepentimientos de su campaña en que logró apenas el 27% del voto hispano.
Los asesores de Trump reconocen la importancia de ese grupo de votantes, pero dice que hasta ahora no ha hecho un esfuerzo organizado para llegarles.
Cualquier grupo demográfico que crece al paso que está creciendo el grupo de latinos obviamente es de gran importancia para una campaña presidencial", dijo el asesor de Trump Ed Brookover cuando se le preguntó sobre iniciativas para llegar a los hispanos.
Sin embargo, agregó: "Sé que es algo que se ha discutido, pero creo que es un poco temprano. No estoy enterado de que haya algún plan organizado".
El equipo de Trump planea coordinar con el Comité Nacional Republicano, que tiene empleados dedicados a lograr el voto hispano en nueve estados.
Los partidarios de Trump están ansiosos por ayudarles.
Carlos Guerra, de 24 años, hijo de inmigrantes mexicanos que vive en Laredo, Texas, dice que quiere hacer más que vestir la gorra con el lema de Trump "Hagamos a Estados Unidos Un País Grande De Nuevo".
"En mi poblado la gente está harta de la violencia que llega de México", expresó, al aplaudir el plan de Trump de construir una enorme muralla en la frontera. "Hay gente que muere todos los días".
Algunos de sus familiares también apoyan a Trump "pero no lo expresan tanto", comentó.
Trump ha prometido erigir una muralla a lo largo de la frontera con México y obligar a México a pagar por ella. También ha prometido prohibirle la entrada al país a los musulmanes y deportar a unos 11 millones de inmigrantes que se encuentran en el país ilegalmente. Además, ha tildado a los inmigrantes mexicanos de violadores y criminales.