Citan el posible aumento de los costos para justificar la denegación de una subvención por valor de 647 millones de dólares.
Los republicanos de California han pedido por medio de una carta a la Administración Trump que se rechace la concesión de un subsidio destinado a financiar parte del proyecto del tren de alta velocidad del estado.
La carta, recuperada por el Los Angeles Times, está firmada por los 14 miembros de la delegación republicana incluyendo al líder Kevin McCarthy y fue enviada el 24 de enero a la Secretaria de Transporte Elaine Chao.
Piden que el Departamento de Transporte federal niegue una financiación por valor de 647 millones de dólares que el departamento podría adjudicar a California ya la semana que viene, y que es fundamental para cubrir la electrificación de un tramo de las vías de Caltrain entre San Francisco y San José que después será utilizado por el llamado “tren bala”.
De acuerdo a la carta, el problema reside en la posibilidad de que aumenten los costos así como en la falta de financiación privada. “Proveer fondos adicionales en este momento a la autoridad sería un uso irresponsable de dinero público”, reza el texto.
Un informe publicado en enero por la Federal Railroad Administration predice un posible incremento de $3.5 billones en los costos del primer segmento del proyectado servicio de alta velocidad, entre Merced y Shafter.
A él se remiten los republicanos para exigir que “no se conceda más dinero a la [California High-Speed Rail] Authority o al estado de California para el tren de alta velocidad hasta que no se lleve a cabo una auditoría completa del proyecto y sus finanzas“.
El problema, señala el San Francisco Chronicle, es que la petición republicana no solo retrasa el proyecto de tren bala sino que afecta a la renovación del actual servicio de Caltrain entre San Francisco y el área sur de la Bahía, que sirve a unos 60,000 pasajeros al día.
“Es crítico que consigamos la financiación, expresó el portavoz de Caltrain Seamus Murphy al medio.
Si la financiación se retrasa, será necesario rehacer los contratos ya adjudicados para el proyecto. Si es denegada, tendrá que ser cancelado. Eso supondría, entre otras cosas, la pérdida de cientos de empleos no solo en California sino en otros estados – el San Francisco Chronicle cita el caso de unos 500 trabajadores de Utah que se encargarían de la construcción de los nuevos trenes eléctricos para la línea.