En 2013, la Administración Obama implemento un cambio mayor en la política migratoria que ya ha beneficiado a muchos inmigrantes en la comunidad del Norte de la Bahía y en todo el país.
La regulación permite que los cónyuges de ciudadanos y RESIDENTES estadounidenses apliquen por su residencia permanente, y también por excepciones de la penalidad de los 10 años, mientras dentro de los Estados Unidos. Inclusive si vinieron sin visa.
Bajo el procedimiento anterior, las persona sin documentadas que entraron al país sin visa se arriesgaban a tener prohibida el regreso a los Estados Unidos por diez años en caso de que el perdón fuera negado. Naturalmente, este riesgo previno que muchos de ellos aplicaran por el.
La nueva ley significa que personas que previamente estaban esperando en las sombras, sin poder cambiar su estado inmigratorio y que tenían miedo de ir al Consulado de los Estados Unidos en su país de origen para solicitar la excepción, ahora pueden aplicar sin correr el mismo riesgo.
Aunque estos inmigrantes aún tienen que salir del país para poder conseguir la residencia estadounidense (“green card”), lo hacen sabiendo de antemano que el procedimiento estara aprobado en solamente unos días o semanas en su país de origen. Esto es totalmente diferente a las largas esperas, llenas de incertidumbre que existían anteriormente.
Para ciudadanos mexicanos, significa un viaje a Ciudad Juárez por una semana o dos, en vez de estar allí esperando hasta un año, separados de su familia y de su trabajo en los Estados Unidos.
La ley inmigratoria estadounidense aplica una penalidad severa a aquellos inmigrantes que entran sin una visa. Si un inmigrante viene a los Estados Unidos ilegalmente y se queda mas de un año aquí, esta sujeto a una prohibición de regresar a los Estados Unidos por 10 años – inclusive si entro al país como un infante. Esta espera de 10 años empieza solamente el día en que la persona sale de los Estados Unidos.
La penalidad aplica aunque el inmigrante se case con un ciudadano estadounidense.
Pero la ley permite aplicar por un perdón a aquellas personas que están sujetas a la penalidad sí sus padres o cónyuge son ciudadanos o residentes estadounidenses. El tener un hijo estadounidense no califica al padre para solicitar el perdón.
Para obtener esta excepción o perdón se necesita comprobar que los padres o cónyuge tendrán “dificultades extraordinarias” si al inmigrante no se le es permitido regresar a los Estados Unidos.
Bajo la nueva ley, se le permite al inmigrante presentar una solicitud para el perdon en los Estados Unidos y obtener una decisión antes de salir del país.
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