Una serie de errores desató una de las peores masacres ocurridas en una escuela. Como por ejemplo: La policía se demoró casi tres horas en entrar en la escuela cuando los asesinos ya no tenían balas. Habían varias denuncias a nivel médico y policial de los problemas mentales de los asesinos y nadie hizo nada.
El 20 de abril de 1999, la tragedia golpeaba duro en la Columbine High School; ubicada en el Estado de Colorado, cuando dos estudiantes: Eric Harris (de 18 años) y Dylan Klebold (de 17 años) comenzaron un tiroteo que finalizó con la muerte de 15 personas (incluyendo ambos perpetradores) y 24 heridos.
El hecho pasó a la historia de los EE.UU. como una de las peores masacres desatadas en una escuela, generó un fuerte debate sobre el libre acceso a las armas en el país y la realidad de los jóvenes en los colegios norteamericanos.
Los motivos de Harris y Klebold nunca fueron esclarecidos; sin embargo, algunos señalan el hecho de que sufrían de depresión y eran fanáticos de videojuegos violentos como una posible causa (En un video mostrado posterior a la masacre se mostraba que ellos sufrían de bullying por parte de algunos de sus compañeros de clase). En sus diarios personales, los asesinos en masa indicaban que querían competir con hechos como el bombardeo en Oklahoma City e incluso, además del tiroteo, habían planeado un bombardeo de la escuela con varios artefactos caseros que no funcionaron. El tiroteo empezó a las 11:19 de la mañana en la cafetería, pasó por la biblioteca y terminó a las 12:08 con el suicidio de la pareja.
¿Qué ocurrió aquel 20 de abril?
El 20 de abril de 1999, Harris con una camiseta en la que se leía ‘Natural Selection’, y Klebold, cuya camiseta tenía impresa la palabra ‘Ira’, llevaron a la escuela bombas de fabricación casera que colocaron en la cafetería, y dejaron otras en sus respectivos automóviles.
Ambos, vestidos con chaquetas largas y oscuras, y equipados con una carabina y una pistola automáticas y dos escopetas con caño recortado, se sentaron a esperar que el estallido de las bombas -que hubiesen matado a cientos de personas- hiciera que la gente huyera despavorida del edificio, y entonces fusilarles.
Como las bombas no estallaron, Klebold, el joven con penas de amor, deprimido y que pensaba que no había vida peor que la suya, y Harris, quien se creía Dios y anhelaba que se reconociese la inferioridad de todos los demás, volvieron al edificio y empezaron a disparar contra quien se cruzase en su camino.
El resultado fue la tercera matanza escolar más mortífera en la historia de Estados Unidos después de la ocurrida en 1927 en la escuela Bath de Michigan (45 muertos, 58 heridos), y la ocurrida en 1966 en la Universidad de Texas (14 muertos, 32 heridos).
Hace tan sólo algunos años, se vio superada también por la masacre en la Universidad Politécnica de Virginia, que causó 32 muertos y decenas de heridos.
La matanza de Columbine provocó un enorme despliegue de medios audiovisuales, sobre todo cuando los equipos de operaciones especiales de la policía rodearon la escuela, ayudaron a decenas de alumnos, empleados y maestros a escapar, y encontraron muertos a Klebold y Harris.
Inmediatamente se abrió un acalorado debate sobre la amplia disponibilidad de armas de fuego, la influencia de los videojuegos violentos en las mentes juveniles, y la atención o falta de atención de padres y madres hacia sus hijos con conflictos emocionales o problemas psicológicos.
Rumores
En la versión apresurada de lo ocurrido en Columbine surgieron rumores: que a una chica la mataron después de responder que sí creía en Dios, o que Klebold y Harris se sentían víctimas de abusos de otros estudiantes.
Estas dos afirmaciones, y la supues-ta fascinación de Harris y Klebold con los juegos “góticos” de fantasía y vídeos, han sido desmentidos por los investigadores, pero se mantienen en la mente del público.
El estudio de los escritos dejados por los atacantes suicidas y un análisis de sus acciones, planificadas durante más de un año, muestran que Harris y Klebold querían causar una matanza generalizada que superara en violencia a la perpetrada en 1995 por Timoty McVeigh en Oklahoma City.
Ese, que sigue siendo el ataque terrorista más letal perpetrado por un individuo en Estados Unidos, dejó 168 personas muertas y 800 heridos. Pero, a diferencia de McVeigh que tenía un motivación político, Harris y Klebold sólo buscaban terminar sus vidas en una hecatombe.
Más matanzas
Todos los estudios, exámenes de conciencia, polémicas, medidas adoptadas para el control de las armas de fuego, programas de atención psicológica para los adolescentes y sermones de políticos y líderes religiosos no han impedido que, desde 1999, ocurrieran otros ataques en escuelas.
Tampoco impidieron que cuatro días antes del octavo aniversario de la matanza en Columbine, el estudiante Seung-Hui Cho, pertrechado con una pistola automática Glock y otra Walther 22, merodeara por casi tres horas en los alrededores de la Universidad Politécnica de Virginia, donde mató a 33 personas y se suicidó.
Otro lamentable suceso fue el que perpetró Adam Lanza, el autor de la masacre en la escuela de primaria Sandy Hook en 2012. En 2014, una investigación de ABC News descubrió que el nombre de Columbine se había mencionado en al menos 17 ataques y más de 36 presuntos planes de ataque o amenazas graves contra escuelas.
Si desea ver un recuento de los sucedido en Columbine High School puede ir a la siguiente dirección web via youtube:
https://youtu.be/l7yjHJCgjDQ
(Por TopicMagazine.info)