Es la actriz más rentable de la historia. Sus 37 películas han recaudado en conjunto más de US$ 3,300 millones. Su ingreso a la liga de superhéroes de Marvel llevó su carrera a otro nivel. Encontró la estabilidad en su vida. y vive su mejor momento.
Jon Favreau no la quería. Marvel no la quería. Scarlett Johansson no estaba en los planes del director y los productores de Iron Man 2 (2010). Ellos querían que la Viuda Negra, la legendaria espía rusa de los cómics, fuese encarnada por la actriz Emily Blunt. Pero Blunt tenía compromisos contractuales que cumplir y dijo que no. Los productores llamaron a Johansson, que ya había hecho una prueba ante cámaras. Y fue así, por un golpe de suerte, que una de las mujeres más deseadas del mundo ingresó al universo de los superhéroes de Marvel, un paso muy rentable en términos económicos y que, eventualmente, la llevaría a convertirse en la actriz más taquillera de la historia.
Ni Meryl Streep ni Julia Roberts. Ni Angelina Jolie ni Jeniffer Aniston. Según dio a conocer esta semana el portal Box Office Mojo, Johansson es la estrella de Hollywood con las mejores cifras de taquilla. Todas las películas que ha filmado –nada menos que 37– han recaudado en conjunto más de 3,300 millones de dólares. Ninguna otra actriz ha logrado encadenar un éxito taquillero tras otro como ella. En su carrera, por supuesto, ha habido altibajos. Filmes que casi nadie vio. Pero desde que apareció por primera vez junto a Tony Stark y compañía, entró al club. Al grupo de las superestrellas. Esos seres humanos cuyos rostros pueden ser reconocidos en cualquier esquina del planeta.
Ícono independiente
Nació para esto. "No sé de dónde vino, pero siempre me gustó ser una sensación", le contó a la revista Esquire hace unos años. "Probablemente era uno de esos niños malcriados".
Su madre, una productora cinematográfica neoyorquina, comenzó a llevarla a castings desde muy pequeña. A los nueve consiguió su primer papel, como la hija de John Ritter en la comedía de fantasía North (1994). Siguió con roles menores hasta que a los 13 logró el protagónico de El hombre que susurraba a los caballos (1998), al lado de Robert Redford. Fue la primera vez que llamó la atención de la crítica.
Pero si hay un papel que marcó un antes y un después en su carrera, ese fue el de Charlotte, la joven solitaria y sensual de Perdidos en Tokio (2013). La historia escrita y dirigida por Sofía Coppola marcó a una generación de veinteañeros melancólicos y convirtió a Johansson en la primera diva indie del nuevo siglo.
Durante los años siguientes transitó entre el cine independiente (Una canción para Bobby Long) y el comercial tipo Michael Bay (La isla). Hasta que fue fichada por Woody Allen. El cinesta neoyorquino la dirigió en tres películas (Macht point, Scoop yVicky Cristina Barcelona) y la llevó a otro nivel. Un nivel en el que Johansson se puso a las órdenes de gente como Cristopher Nolan (El gran truco) y Brian de Palma (La dalia negra).
Películas con buenas recaudaciones y salarios importantes, pero nada parecido a lo que sobrevendría al ingresar al universo de Marvel.
20 millones de razones
Cuando Johansson firmó el contrato para filmar la primera película de Los vengadores (2012), el salario a esas alturas de su carrera probablemente le haya parecido grandioso: se especula que recibió entre 4 y 6 millones de dólares.
Para la segunda cinta de la saga, Los vengadores: La era de Ultrón (2015), cobró nada menos que 20 millones, nueve veces más que lo recibido por Mark 'Hulk' Ruffalo. Pero lo que sorprendió más fue que su salario fue exactamente la mitad del que tuvo su coprotagonista Robert Downey Jr.
En ese momento no faltaron los medios que trajeron a colación el discurso de estrellas como Meryl Streep y Jennifer Lawrence que exigen salarios iguales para hombres y mujeres en Hollywood.
Curiosamente, la protagonista de Lucy (2014) no ha querido entrar en la polémica. Preguntada al respecto en una entrevista con la revista Cosmopolitan, se limitó a decir que se sentía afortunada, "tengo una buena vida y me siento orgullosa de ser una actriz que hace tanto como mis compañeros masculinos".
Afortunada, lo es. Según las últimas informaciones, para la próxima cinta de la saga Johansson podría cobrar lo mismo que Downey Jr., lo que significaría un verdadero hito dentro de las superproducciones norteamericanas.
Desde ese punto de vista, la neoyorquina podría estar haciendo mucho más por la causa de la igualdad salarial sin necesidad de haber expresado un solo discurso.
Por supuesto, no faltan quienes cuestionan que se le pague tanto tomando en cuenta que su relevancia dentro de la saga es menor a la de los demás superhéroes. Pero, según interpretan algunos medios especializados, en el universo Marvel el valor de Johansson no radica en sus actuaciones sino en lo que aporta con su imagen.
Belleza universal
Su imagen. No es poco haber sido elegida dos veces como "la mujer viva más sexy del mundo" por la revista Esquire. Ha sido rostro de las marcas más importantes de la belleza y la moda. Y portada de revistas en todo el planeta.
Pero estar todo el tiempo bajo los reflectores, obviamente, suele traer problemas. Uno de los momentos más duros en su vida fue cuando, en 2011 se filtraron los eróticos selfies que le envió a su exesposo, Ryan Reynolds. El episodio acabó con el responsable, un hacker, entre rejas.
Aunque nuevas fotos suyas se filtraron hace unas semanas, el hecho la encontró en un momento más estable emocionalmente. Hace dos años Johansson se casó con un periodista francés, se estableció en París y tuvo una hija. Puede que ahora se tome los problemas más a la ligera. Tiene una familia que la abriga. Una cuenta bancaria envidiable. Mucho trabajo por delante. Y la satisfacción de ser una de las mujeres más poderosas de la industria.