La actriz cómica Cleo Rocos rememora en un libro una increíble anécdota de Diana de Gales. Aún casada con Carlos de Inglaterra, la princesa salió de marcha con Freddie Mercury y otros.
Incluso los personajes más célebres pueden soltarse la melena sin ser reconocidos. Lo prueba Diana de Gales, que a finales de la década de los ochenta pasó una noche en un bar gay disfrazada con ropa masculina sin que nadie sospechase de su identidad. La revelación viene de mano de la actriz cómica Cleo Rocos, que en su nuevo libro, The Power of Positive Drinking, describe una de las noches que pasó con Lady Di, Freddie Mercury (Grupo Queen) y el showman británico Kenny Everett, uno de los favoritos de la princesa.
Todo empezó con el grupo bebiendo champán mientras veían capítulos de la serie 'Las chicas de oro' en la casa de Everett. La noche se fue caldeando cuando decidieron bajar el volumen de la televisión y doblar ellos mismosel programa improvisando diálogos subidos de tono. A la princesa de Gales, que por entonces tenía 27 años, le fue asignado el personaje de Dorothy. Lo estaba pasando tan bien que quiso continuar la noche junto a sus amigos en Vauxhall Tavern, un pub de ambiente en el sur de Londres.
Intentaron disuadirla, alegando que no era un lugar adecuado para ella, que estaba “repleto de hombres peludos” y que a veces estallaban peleas. Pero, según Rocos, la madre del heredero al trono británico tenía “el día travieso” y estuvo suplicando a Mercury hasta que este cedió. “Dejemos que la chica se divierta”, sentenció el cantante de Queen. Lady Di prometió quedarse solo para una copa y camufló su identidad con una chaqueta militar, unas gafas de sol y el pelo escondido bajo una gorra de cuero. La pandilla dio su aprobación tras decidir que pasaba perfectamente por “un modelo masculino vestido de manera excéntrica” y tomaron un taxi.
En el local nadie la reconoció, lo que encantó a la princesa. “Tenía el aspecto de un joven muy guapo”, escribe Rocos en su libro. Diana pidió una cerveza y un vino blanco y, cuando los terminó, el clan al completo la acompañó hasta su casa en el palacio de Kensington. Al día siguiente, devolvió la ropa con el mensaje “¡Tenemos que repetir!”.
Se cree que la anécdota tuvo lugar en 1988, cuando Lady Di todavía estaba casada con el príncipe Carlos. La pareja se separó en 1992 y se divorció en 1996, un año antes de que Diana falleciera en un accidente de tráfico en París. Tanto Mercury como Everett fallecieron durante la década de los noventa por complicaciones del sida que padecían.