El pasado mes de enero, en una de sus últimas decisiones en el cargo, Barack Obama conmutó la condena a Chelsea Manning, quien colaboró activamente con Wikileaks filtrando información clasificada sobre las guerras de Afganistán e Irak y sobre las actividades diplomáticas de Estados Unidos. El perdón de Obama permitirá que la ex analista de inteligencia de las Fuerzas Armadas sea liberada el próximo 17 de mayo, en lugar de hacerlo en 2045 como estaba previsto. Manning podrá dejar así la prisión militar Fort Leavenworth (Kansas), donde permanece desde hace siete años tras ser condenada a 35 años, la más larga impuesta en EEUU por un caso de filtraciones.
La decisión fue duramente criticada en el seno del partido republicano. El vicepresidente Mike Pence la calificó como un “error”, afirmando que Manning era una “traidora” y que no debía convertirse en una “mártir”. Quien no se había pronunciado al respecto sobre el tema era Donald Trump, que ha opinado al respecto utilizando los mismos calificativos que Pence. El presidente de Estados Unidos ha afirmado que Manning jamás debería haber sido liberada. Trump también ha descrito a la ex analista como “desagradecida” por haber dicho que Obama era un “líder débil”.
Los comentarios de Donald Trump llegan después de que Manning publicase en una tribuna de opinión en el periódico británico The Guardian. Manning ha señalado en la columna que Obama ha dejado huellas de un “legado progresista”, pero que ha habido pocos “compromisos permanentes”. Entre otras, sus críticas se centran en sus políticas sanitarias o asuntos exteriores. La ex analista reclama la necesidad de “un líder progresista sin remordimientos”, que no se amilane ante las críticas del resto.
El artículo de opinión de Manning ha provocado la ira de Donald Trump, que ha firmado varias órdenes ejecutivas que desmantelan una parte del legado de Obama. El presidente republicano ha dado luz verde a la construcción del muro con México y ha anunciado que derogará el plan del clima impulsado por su antecesor. Donald Trump, conocido negacionista del calentamiento global, ha iniciado su mandato derribando también buena parte de la “herencia verde” de Obama.
Tras su mensaje en Twitter y sus primeras decisiones como presidente, surge la duda sobre si Trump podrá revocar el perdón político concedido a Chelsea Manning por Barack Obama. La Constitución de Estados Unidos reconoce el poder del presidente para realizar este tipo de conmutaciones e indultos a presos que hayan realizado ofensas al país, con la excepción de los casos de impeachment. Como recuerdan en el medio The Bustle, el máximo dirigente de EEUU puede revocar un perdón, algo que ya sucedió en el caso de Isaac Robert Toussie. Su perdón fue revocado por George W. Bush dos días después de concederlo, según informó The New York Times.
Sin embargo, es poco probable que el presidente republicano revoque realmente las decisiones de perdones políticos concedidos por Barack Obama. “Trump podría decir que no quiere implementar nunca más una determinada política, pero no puede eliminar los beneficios y derechos de personas ya concedidos”, explicó Stephen Vladeck, profesor de Derecho de la Universidad de Texas. No sucede lo mismo con las órdenes ejecutivas firmadas por Obama, que pueden ser desmanteladas por el actual dirigente de EEUU. Según señalan en The Marshall Project, los expertos en Derecho Constitucional plantean que las conmutaciones e indultos conceden unas garantías que no pueden ser eliminados de un plumazo.
Lo que sí puede hacer Donald Trump desde la Casa Blanca es revertir la política de perdones políticos impulsada por Obama. Su antecesor en el Despacho Oval ha sido uno de los pocos presidentes de la historia norteamericana que ha dejado su cargo con un menor número de prisioneros que cuando tomó posesión. Obama explicaba sus decisiones y reformas en un reciente artículo científico publicado en la revista Harvard Law Review. “He buscado revitalizar el uso del poder de clemencia, conmutando más sentencias federales que mis once predecesores juntos”, afirmó. Chelsea Manning no es el único caso en el que se proclamó el perdón político, sino que mil personas encarceladas más se beneficiaron de su decisión, que difícilmente será abolida por el actual presidente.
Relato de Chelsea Manning
Chelsea Manning cuenta que se pasaba 17 horas al día sentado, directamente frente a dos marines que lo vigilaban tras un cristal semireflectante. “No me estaba permitido acostarme. No me estaba permitido apoyar mi espalda contra la pared de mi celda. No me estaba permitido hacer ejercicio”, denuncia. “A veces, para evitar volverme loca, me levantaba, caminaba o bailaba, ya que “bailar” no estaba considerado ejercicio por la Marina...”
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